«A menos que reduzcamos la demanda de drogas ilícitas nunca podremos abordar plenamente el cultivo, la producción o el tráfico. Los gobiernos tienen la responsabilidad de contrarrestar el tráfico de drogas y el uso indebido de drogas, pero las comunidades también pueden hacer una contribución importante. Las familias, las escuelas, la sociedad civil y las organizaciones religiosas pueden hacer su parte para librar de drogas a sus comunidades. Las empresas pueden ayudar a proporcionar medios legítimos para ganarse la vida. Los medios de comunicación pueden aumentar la conciencia sobre los peligros de los estupefacientes.».
Secretario General Ban Ki-moon
Mensaje con motivo del Día Internacional de la lucha contra
el uso indebido y el tráfico de drogas
26 de junio de 2011
En 1987, la Asamblea General decidió establecer el día 26 de junio de
cada año como el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y
el tráfico ilícito de drogas, para dar una muestra de su determinación
en fortalecer las actividades necesarias para alcanzar el objetivo de
una sociedad internacional libre del abuso de drogas. La Asamblea tomó
esa medida el 7 de diciembre de 1987,
de conformidad con la recomendación de la Conferencia Internacional
sobre el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas del 26 de junio de
1987.
El final del primer siglo de fiscalización de drogas (que comenzó
en Shanghái en 1909) coincidió con la terminación del decenio dedicado a
la acción común para contrarrestar el problema mundial de las drogas
(iniciado en 1998 por la Asamblea General en su período extraordinario
de sesiones sobre las drogas). Estos aniversarios estimularon la
reflexión sobre la eficacia y las limitaciones de las políticas sobre
drogas. El examen culminó con la reafirmación de que las drogas ilícitas
siguen planteando un peligro para la salud de la humanidad. Por ello,
las drogas están, y deben seguir estando, controladas. Habida cuenta de
ello, los Estados Miembros confirmaron su apoyo inequívoco a los
convenios y convenciones de las Naciones Unidas que han establecido el
sistema de fiscalización internacional de drogas.
la Asamblea General reconoció que, pese a los
redoblados esfuerzos de la comunidad internacional, el problema mundial de las
drogas seguía poniendo en grave peligro la salud y la seguridad pública y el
bienestar de la humanidad, en particular de los niños y los jóvenes, y amenazando la
seguridad nacional y la soberanía de los Estados, y que socavaba la estabilidad
socioeconómica y política, así como el desarrollo sostenible. En la resolución se
acogía con beneplácito la decisión de la Comisión de Estupefacientes de convocar
una serie de sesiones de alto nivel durante su 52° período de sesiones, a fin de
evaluar el progreso realizado desde 1998 en la consecución de los objetivos y las
metas establecidos por la Asamblea General en su vigésimo período extraordinario
de sesiones; determinar las prioridades futuras y los ámbitos en que se requiriesen
medidas adicionales, así como las metas y los objetivos que habrían de fijarse en la
lucha contra el problema mundial de las drogas después de 2009; y adoptar una
declaración política y otras medidas de fomento de la cooperación internacional.
La Asamblea alentó a la Comisión y a la Oficina de las Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito a que prosiguieran su labor de fiscalización internacional de
drogas e instó a todos los gobiernos a que prestasen el máximo apoyo financiero y
político posible a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, de
manera que pudiera proseguir, ampliar y afianzar sus actividades operacionales y de
cooperación técnica, en el marco de sus mandatos.
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