El próximo 8 de marzo se celebra
el Día Internacional de la Mujer, pero contrariamente a lo que se cree
en muchos círculos sociales, su nacimiento no radica en un
acontecimiento aislado, sobre el que ni tan siquiera existía consenso
entre la historiografía norteamericana y la española, sino que ha de
encuadrarse en un contexto histórico e ideológico mucho más amplio.
En la historiografía española la
conmemoración del 8 de marzo se vincula, de forma equivocada, al
incendio ocurrido el citado día del año 1908 en una fábrica textil de
Nueva York, provocado por el propio empresario ante las obreras
declaradas en huelga y encerradas en el inmueble.
En la historiografía estadounidense se
vincula, también de forma incorrecta el origen del 8 de marzo a una
manifestación de trabajadoras del sector textil en la ciudad de Nueva
York que reivindicaban mejoras laborales.
Según el Diccionario Ideológico Feminista de Victoria Sau,
“se considera una jornada de lucha feminista en todo el mundo en
conmemoración del día 8 de marzo de 1908 en que las trabajadoras de una
fábrica textil de Nueva York llamada Cotton declararon una huelga en
protesta por las condiciones insoportables de trabajo. El dueño no
aceptó la huelga y las obreras ocuparon la fábrica. El dueño cerró las
puertas y prendió fuego muriendo abrasadas las 129 trabajadoras que
había dentro (…)”.
Las referencias sobre el origen de la
celebración del 8 de marzo que se basan en el incendio de la fábrica en
Nueva York o en la manifestación de las trabajadoras son falsas debido a
la manipulación de querer silenciar el verdadero origen de esta
festividad. En relación al incendio, basta con mirar el calendario para
hacer tambalear esta teoría. El 8 de marzo de 1908 era domingo, un día
un tanto extraño para declararse en huelga sin perjudicar al empresario.
Sí que hubo un incendio en la fábrica de
la Triangle Shirtwaist Company donde murieron muchas mujeres, la
mayoría chicas inmigrantes de entre los 17 y 24 años, pero no fue el 8
de marzo de 1908, sino el 25 de marzo de 1911, dos días antes a la
primera celebración del Día Internacional de la Mujer.
En relación a la manifestación, aunque
ésta tuvo lugar, no fue ni el 8 de marzo de 1857, ni el 8 de marzo de
1908 como se suele referenciar. Fue el 27 de septiembre de 1909 cuando
los/las empleado/as del textil hicieron una huelga de trece semanas
hasta el 15 de febrero de 1910, en demanda de mejoras laborales, pero
este acontecimiento tampoco es el origen de la celebración del 8 de
marzo.
Las historiadoras Liliane Kandel y François Picq
afirman que el mito que sitúa la manifestación en el año 1857 fue
creado en 1955 para eliminar el carácter comunista que más tarde
adquiriría el Día Internacional de la Mujer.
La decisión de convertir esta celebración en una festividad internacional corrió a cargo de Clara Zetkin
(Sajonia, Alemania – 1857), líder del movimiento alemán de mujeres
socialistas. Pero la propuesta presentada por Zetkin en la II
Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en
Copenhague los días 26 y 27 de agosto de 1910, para organizar la
celebración de un Día Internacional de la Mujer no era del todo
original. Tenía un antecedente en el que inspirarse, el Women’s Day que
las socialistas estadounidenses llevaban celebrando desde 1908, cuya
finalidad era la reivindicación del derecho al voto para las mujeres. El
Partido Socialista Americano designó el último domingo del mes de
febrero, día 28 de 1909, como Woman’s Day, para reivindicar el derecho
de las mujeres al sufragio. Y hasta el 1920 no fue aprobada la
Decimonovena Enmienda de la Constitución Estadounidense por la que se
otorgaba a las mujeres el derecho al sufragio.
El Día Internacional de la Mujer, que
tiene sus orígenes indiscutiblemente en el movimiento internacional de
mujeres socialistas de finales del siglo XIX, tenía como finalidad
exclusiva promover la lucha por el derecho al voto femenino, sin ningún
tipo de restricción basada en el nivel de riqueza, propiedades o
educación.
De esta forma, la primera celebración
del Día Internacional de la Mujer se produjo el 19 de marzo de 1911, y
fue seguido en Austria, Alemania, Dinamarca y Suecia.
En los primeros años, el esta efeméride
se festejaba en fechas diferentes según los países, pero en 1914, a
propuesta de las feministas alemanas, se celebró por primera vez el 8 de
marzo en Alemania, Suecia y Rusia. La única autora que se aventura a
dar una explicación sobre la elección de esta fecha es Renée Côté,
quien sólo apunta como posibilidad el hecho de que el mes de marzo
estaba cargado de contenido revolucionario, pero sin dar ningún
argumento sólido sobre por qué ese día en particular y no otro.
También la Revolución Rusa de 1917 tuvo
una gran influencia a todos los niveles en la elección de este día
internacional. Aunque el 8 de marzo se llevaba celebrando en Rusia desde
1914, en el año 1917 las mujeres rusas se amotinaron ante la falta de
alimentos, dando inicio al proceso revolucionario que acabaría en el mes
de octubre de ese mismo año. Los acontecimientos del 8 de marzo de 1917
(23 de febrero en su calendario) son importantes, no sólo porque dieron
origen a la revolución y porque fueron protagonizados por mujeres, sino
porque, según todo parece apuntar, esos sucesos fueron los que hicieron
que el Día Internacional de la Mujer se pasara al celebrar sin más
cambios hasta la actualidad el 8 de marzo.
Naciones Unidas, con ocasión de la
celebración en 1975 del Año Internacional de la Mujer, ofreció una
versión de los hechos que habían conducido al nacimiento de esta
conmemoración femenina. Según Ana Isabel Álvarez, es
muy interesante resaltar que en ese breve informe se silencian de manera
absoluta los sucesos vividos en Rusia en 1917, que precisamente fueron
los que harían del 8 de marzo el día elegido para celebrar el Día
Internacional de la Mujer: “El Día Internacional de la Mujer fue
propuesto por primera vez por Clara Zetkin, una representante de la
Conferencia de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague en 1910”.
Según Álvarez, “la propuesta llegó al
comienzo de un periodo de gran transformación social y política en el
mundo. Europa estaba al borde de la I Guerra Mundial, los imperios
coloniales de Asia y África estaban sufriendo las primeras conmociones
de la revuelta nacionalista, y en Norteamérica el movimiento por el
sufragio femenino estaba cuestionando algunas de las presunciones de las
relaciones humanas. La llamada de Clara Zetkin a las mujeres para unir
su lucha por la igualdad de derechos con la lucha por preservar la paz
mundial topó con un coral sensible”.
Cuando se celebró el primer Día
Internacional de la Mujer en 1911, más de un millón de mujeres participó
públicamente en él. Además del derecho a voto y a ocupar cargos
públicos, demandaban el derecho a trabajar, a la enseñanza vocacional y
el fin de la discriminación en el trabajo”.
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