EL ALTAR: El altar se eleva en el santuario familiar, en la parte más importante de la casa. Es una mesa en la que se deposita: pan, vino, agua, comida, sal, cirios, incienso, juguetes, dulces, frutas de temporada, veladoras y demás elementos que constituyen la ofrenda que brindan los familiares a las ánimas.
EL RETABLO: Empotradas en la pared, junto al altar, figuran imágenes de santos y una cruz, que representa la resurrección y la vida.
LA FLOR: Representa la fugacidad de la vida.
LA SAL: Representa que nosotros algún día nos convertiremos en sal.
EL INCIENSO: Se utiliza como medio de unirse a Dios con la oración.
LOS CIRIOS: Sirven para guiar los pasos de las ánimas en su viaje a la eternidad. Las fijadas en los sepulcros son símbolo de inmortalidad.
EL AGUA: Representa el principio de la vida, purifica y lava.
Es básico saber qué representa cada ofrenda, ya que muchas veces ponemos la ofrenda en un altar sin saber por qué está ahí.
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