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31/1/12

Día de la Candelaria y los tamales

Los tamales, alimento suculento que data de la época precolombina y que forma parte de la dieta de los mexicanos, se sirven calientitos y los hay de rajas con queso, verdes, mole con pollo o carne de puerco y dulces y siempre se degustan con exquitos atoles, de mil sabores, o café. 
 
En muchas esquinas o entre las calles, principalmente de los barrios populares o clasemedieros de la capital e incluso de varias ciudades del interior del país, se puede encontrar algún vendedor de tamales.
La mayoría de los mexicanos durante todo el año come tamales, pero la afición por ese platillo se incrementa el 2 de febrero, "Día de la Candelaria".

Esa fiesta religiosa es la celebración de lo que ahora se conoce como la Presentación del Señor, cuando el Niño Jesús fue llevado al Templo por sus padres, de acuerdo a la costumbre judía.
El fiesta de la Candelaria" ocurre 40 días después de la Navidad y marca el final del período navideño.

El nombre Candelaria viene de la observancia tradicional de bendecir velas y distribuirlas entre los adoradores. Las velas recuerdan las luces de Navidad y también simbolizan las palabras de Simeón a José y María, en Lucas, de que Jesús sería la luz para la revelación a los Gentiles, y gloria del pueblo de Israel.

Esta fecha es especial para comerse unos ricos tamales, pues así lo dicta la tradición luego del 6 de enero, "Día de Reyes" en que la familia y amigos se reúnen para partir la rosca, ya que quienes se "saquen el niño", o el "muñeco", como dicen algunos, deber n invitar a todos los allí reunidos a degustar ese platillo típico.
Al partir la tradicional "Rosca de Reyes", en familia o en oficinas de trabajo, la cual lleva el compromiso para quienes, de acuerdo con la tradición, encuentren dentro del pedazo de rosca que les tocó, la figura representativa del Niño Jesús, ello significa convertirse en su padrino o madrina, obligación que ha de cumplir el 2 de febrero.
Para ello, ser padrino o madrina del niño de la rosca, implica cuidar de él y esa obligación comienza por vestirlo.
Los padrinos llevan a sus ahijados (los niños Dios) a los puestos de los mercados y casas que anuncian "aquí se visten Niños Dios y Niñitos de Rosca", donde se escoge el ajuar para vestirlo.

Los atuendos que con mayor frecuencia se usan para vestir al Niño Dios son del Santo Niño de Antorcha, con su báculo y sentado en una sillita; Niño de las Palomas, con un ropón blanco y una paloma entre las manos, y San Francisco, con sandalias y hábito café, abrazando un animalito.

El 2 de Febrero, ya el niñito vestido, se le deposita en una canasta con flores y veladoras, para ser llevado por el padrino y sus compadres (los dueños de la casa donde se partió la rosca) a la iglesia en la que en una misa solemne recibirá la bendición. Después de la misa se retorna a la casa del niño, para celebrar el acontecimiento con tamales y atole.

El fraile español Bernardino de Sahagún, en sus escritos, se refiere a la gran variedad de tamales que se podían encontrar en los mercados de aquel entonces y que, incluso, estaban presentes en los banquetes del emperador Moctezuma.

Esta comida tiene mucha influencia azteca. En aquel entonces los tamales los rellenaban con chile dulce, tomate y semillas de zapallo molidas, mezcladas a las carnes de faisanes, codornices y pavos.
Los preparaban con semillas de ayote o zapallo molidas, tomate, miel de abejas y caracoles. Para esto utilizaban carnes de "xulo" o perro mudo, tepezcuintle, chompipe y venado y los envolv­an en hojas de plátano o maíz.

Con la llegada de los españoles, se les agregaron ingredientes traídos de Europa, tales como garbanzos, arroz, aceitunas, alcaparras, pasas y ciruelas, Por lo tanto, el tamal preparado en familia es una mezcla entre lo aborigen y lo español.
Sin embargo, hoy día se degustan regularmente ya sean solos o en torta (se utiliza el bolillo o el birote).
"Tamales de dulce, verdes y mole, o tamales oaxaqueños...de cuál gusta, pásele joven, guerita, señor, de cuál le damos, pásele...", son aas de las frases con las que vendedores ofrecen su manjar en esta gran metrópoli.
Los tamales son antojo de niños, jóvenes y adultos y en cada región del país se elaboran de acuerdo a sus costumbres o preferencias.

En Oaxaca, Veracruz y Yucatán, entre otoros estados que tienen costa, los envuelven en hojas de plátano o de elote, pero sin perder su esencia, pues los hay dulces o picocitos.

Los ingredientes base para su elaboración son: harina de maíz, manteca, hojas de tomate, un pedazo de tequesquite, champiñones y mole verde o rojo, entre otros.

La manera de preparar un rico tamal es la siguiente: se bate la manteca con cuadritos de hielo, hasta llegar al punto de turrón, luego se pone con la harina en una cacerola grande o pequeña (depende de los kilos que se vayan a hacer), hasta que este bien mojada la harina.
Las hojas de tomate verde deben lavarse bien y por separado para después molerlas con poca agua con el tequesquite y ponérselas a la harina, para luego iniciar el proceso de batido con caldo de pollo o de puerco, en repetidas ocasiones.
Una vez que esté lista la masa se unta en la hoja de plátano o maíz y se le ponen los ingredientes que se deseen.

También hay tamales de milpa y de elote y miel, la variedad es tan rica como la imaginación de quienes los hacen, creando así una gran variedad de recetas de como hacer un rico y hasta nutritivo tamal, que cada 2 de febrero se degusta.

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